Comenzamos.

Primero de todo, felicitaros el Año Nuevo. Por lo que he estado leyendo, sois muchas las que habeis despedido el año con esperanzas de que el siguiente sea mejor, y también sois muchas las que le habeis dicho adiós bastante cabreadas. Yo creo que pertenezco más al grupo de las primeras, pero tengo que reconocer que desde septiembre hasta diciembre he tenido un fin de año apoteósico y malo, malo.

Hace ya tiempo que no os contaba de mis andanzas con los médicos. Pues hoy, toca entrada ginecológica. Sabeis que me tenía que hacer las analíticas de trombofilias y NK. Mención aparte merece, que en mi última visita a mi gine habitual, me mandó hacer una histerosalpigografía para comprobar que no hubiera adherencias después del legrado.

Empezamos por lo último. No me he hecho la prueba, no estaba nada convencida y tampoco entendía muy bien el porqué de hacerla. Mis reglas han ido llegando, y además no con poco sangrado (perdonad que sea explícita), así es que decidí pedir una segunda opinión a mi gine de la clínica.

Hace tres semanas tuve cita con el doctor de fertilidad. Le comenté lo de la prueba, y después de hacerme una ecografía concienzuda, me dijo que por los síntomas  que yo tenía y lo que había visto, él no creía necesario hacerme pasar ese mal rato. Supongo que mi otra doctora por mi historial, prefería curarse en salud, debo de ser el «coco» de los ginecólogos.

En esa misma consulta, yo llevé mis analíticas, esas que me habían costado dos madrugones, porque cuando pensaba que ya estaban hechas me llaman del laboratorio y me dicen que tengo que hacerme una una nueva extracción porque les falta muestra sanguínea para poder obtener mis resultados. Pues alli que me encuentro yo con mis hojitas, que parecían estar bien y me dice el gine: no están bien, te faltan cosas aqui. Así es que me volvió a dar un nuevo volante de pruebas y me tuve que pegar un tercer madrugón para terminar de completarlas.

Ni que decir tiene que esperaba esos resultados como «agua de mayo». Por fin recibo el mensajito para poder descargar las pruebas. Y como ya sabeis, todas nosotras llevamos una investigadora dentro, así es que con mis resultados me pongo a mirar en internet como si no hubiera mañana, pregunto a otras chicas por sus NK…etc; total que me autodiagnostico que mis valores están alterados y que seguramente tenga que tomar cortisonas, esteroides y «nosécuantascosasmás», aparte de tener un disgusto grande y los nervios de punta. Pedí cita y ayer fue ese día.

Deciros que… ¡cómo médico de pacotilla no tengo precio!, mis resultados están perfectos, no tengo nada. Ni trombofilias, ni Nk elevadas. Mis valores eran de 16,5 y en la clínica no las consideran altas hasta que no llegan a 18, pero es que además hay unos parámetros que parecen fórmulas matemáticas, que en mi caso son bajísimos, con lo que todo ello hace que no me tenga que preocupar por las «Natural killers».

M casi me da un pescozón cuando el médico nos dio el diagnóstico, le había puesto la cabeza como un bombo desde hacía una semana y el pacientemente me había escuchado y recomendado que hasta que no fuéramos al médico, no nos preocupáramos, que no tenía sentido, que internet en estos casos es muy ambigua y bla,bla,bla…pero una se cree muy lista y luego pasa lo que pasa.

Así es que el miércoles de la semana que viene me harán el escrache endometrial, para que consigamos un poco más de grosor. Según me explicó el doctor, lo hacen en el ciclo anterior a la transferencia para que al endometrio le de tiempo a regenerarse suficientemente.

Ya habreis adivinado que para febrero vuelvo a intentarlo. Estoy contenta, pero ya empiezan los nerviecillos de cuando algo comienza, las dudas de si esta vez será la definitiva y los deseos de que así sea.

Me he hecho el firme propósito de trabajar el aspecto psicólogico. Quiero estar lo más tranquila y relajada posible y sé que para ésto puedo recurrir a la relajación y a la parada de pensamiento que me enseñó a hacer mi psicólga. Para ello también estoy trabajando el aspecto físico, el liberar endorfinas y sentirme mejor conmigo misma. Llevo ya un par de días saliendo a correr, algo que nunca pensé que sería capaz de hacer, pero en ésto sí que querer es poder. La verdad es que luego te sientes fenomenal, con agujetas, pero muy bien.

En el aspecto emocional ya he empezado a elaborar un planning u hoja de ruta, lo comencé el día 1 de enero y fue gracias a una sesión de coaching gratuita que regaló La esencia de la matriz.

Tuve una conexión con ella a través de Skype que duró una hora aproximadamente. Ella es un encanto y además tiene una ventaja, sabe de lo que estás hablando en cada momento, porque sabe lo que significa enfrentarse a los tratamientos de fertilidad. En la siguiente entrada os contaré en que consistió esa sesión más detalladamente; pero es interesante porque potencia recursos de los que tú ya dispones para poder hacerte más fuerte y tú eres el que planificas cómo, dónde y cuándo utilizarlos.

Me ha quedado una entrada un poco larga, pero había mucho que contar.

Un beso y mucha suerte.